La Gestión del Riesgo de Desastres, una mirada holística e integral
En el marco de la Ley 1523 de 2012, Colombia adoptó una visión integral del riesgo que se enfoca en procesos esenciales: el conocimiento, la reducción y el manejo de desastres. Este enfoque se ha incorporado en el novedoso Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, donde cada actor tiene un rol crucial en la intervención de los elementos que generan condiciones de riesgo, utilizando sus competencias de manera coordinada.
La legislación estableció que las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) desempeñan un papel complementario y subsidiario frente a las alcaldías y gobernaciones. Su labor se centra en apoyar la gestión del riesgo relacionada con la sostenibilidad ambiental del territorio, sin eximir la responsabilidad primaria de los alcaldes y gobernadores en la implementación de procesos de gestión del riesgo de desastres.
Corpocaldas ha persistido en el desarrollo de acciones para comprender el riesgo. Esto incluye estudios geológico-geotécnicos, zonificaciones, sistemas de información, instrumentación y monitoreo, así como Sistemas de Alerta Temprana e integración del riesgo en la planificación territorial. No solo se ha enfocado en el conocimiento, sino también en la ejecución de obras civiles y de bioingeniería para prevenir, controlar y mitigar los procesos de inestabilidad.
En su Plan de Acción, la Corporación ha institucionalizado programas específicos, como Gestión del riesgo ante la pérdida de servicios ecosistémicos y Establecimiento de territorios seguros, los cuales se unen para fortalecer la resiliencia y promover un desarrollo territorial más seguro y sostenible.
Según lo establecido en el artículo 31, las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) tienen la responsabilidad de apoyar a las entidades territoriales en la realización de estudios que contribuyan a la comprensión y reducción del riesgo. Estos estudios se integran de manera estratégica, en planes de ordenamiento de cuencas, gestión ambiental, ordenamiento territorial y desarrollo. Este enfoque es esencial para abordar los desafíos que plantea el cambio climático y la gestión del riesgo de desastres, ya que ambos procesos convergen en la mejora de la gestión ambiental territorial sostenible.
Además, en su rol como miembros de los Consejos Territoriales de Gestión del Riesgo, las CAR respaldan a las entidades territoriales en la implementación de procesos de gestión, de acuerdo con su competencia y en línea con los principios de solidaridad, coordinación, concurrencia y subsidiariedad positiva. La colaboración y corresponsabilidad entre las CAR y las administraciones departamentales y municipales, así como con la academia y otros actores, ha propiciado avances significativos en la gestión del riesgo en la última década.
